Historia de amor [Iván]

Esta es la historia de un hombre y una mujer. De un encuentro afortunado, casual y de poderosa magia. De esa magia del sentir y del actuar, la que da sentido a la existencia y calor al alma.
Ella, ensimismada y entregada a la pasión por sí misma, con un amor propio atropellado, sentido y contradictorio, convencida a pulso de su valía, pero con la necesidad constante de aprobación.
Él, un niño mimado que jugó siempre a lucir mayor pese a sus gráciles facciones de adolescente eterno, entregado al humor como forma de defensa, y estrategia de conquista.
Un cafetín en el centro. Se conocen.
Él le dice que la va a amar por siempre, ella contesta que por siempre es mucho tiempo, solo le pide que la ame por ese día, y que si al día siguiente quiere hacerlo de nuevo, bienvenido sea.
Él acepta gustoso.
Pasan unos meses y él decide entregarse a ella en cuerpo y alma. Le pide que se aguanten el uno al otro por siempre. Ella le dice que eso es mucho tiempo, él alega que ese es el chiste del matrimonio, ella implica que para eso también está el divorcio porque el tiempo es engañoso. Entonces él replica que así las cosas, estará con ella mientras se pueda, cumpliendo con lo de amarla cada día.
Entonces ella acepta casarse.
Pasan unos años y él considera que aún la ama, que quisiera tener un hijo, para que se consolide su amor, ella le ruega que lo piense bien, que esa no es razón suficiente. Él responde diciendo que decidirá cada día si amarla, mientras se pueda seguirán casados y que nada impedirá que ame también a un hijo, a la final otra clase de amor para el cual se siente capacitado, ella dice que no tiene tantas seguridades, pero que está dispuesta.
Se casan.
Tiempo después él se despierta un día, se da cuenta de que la ama lo suficiente aún, que la zorra con la que durmió, pese a tener las mejores piernas que hubiera cogido antes en su vida, no le llega a los tobillos a su esposa. Se pone pantalones y se va, a la vez que deja el dinero sobre la mesa.
Llega a su casa, su hijo está en la universidad, y probablemente se quede el día por fuera porque considera que sus padres son aburridos y les demuestra su amor con un saludo cada tercer día. Se dirige hacia la alcoba en donde su esposa lo espera con los puños cerrados y una actitud de un conocimiento profundo de los cuernos que porta con desagrado.
Él le dice que se dio cuenta de que aún la ama, ella le dice que no sea pendejo, que podía llegar a esa conclusión sin acostarse con otra.
– Con otras –implica él–.
– Peor aún –replica ella–.
Él la toma en sus brazos, ella poca resistencia ofrece, él le implora por un beso, ella quita la cara un poco, pero luego se lo da. El saca la botella de licor que trae en su maleta, toma un trago directamente de la misma. Le ofrece a ella, quien no duda y se la lleva a la boca.
Él saca su miembro y se lo moja con el licor, ella se saborea un poco y lo prueba al tiempo que trata de evitar que más licor se desperdicie. Así continua hasta que pierde el aliento.
Él apura otro trago y consumido por el veneno, también cae muerto. El hijo se entera dos días después de la muerte de sus padres. Su tristeza dura hasta que recibe su pensión y la herencia, que tiempo después despilfarra en putas y en licor barato.

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